Una alimentación sana y equilibrada es la que cubre y satisface las necesidades nutricionales de una persona. Esta aporta la energía y nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo humano.

La Organización Mundial de la Salud recomienda 50-55% de hidratos de Carbono, 30-35% de grasas y 12-15% de proteínas.

No obstante, hay que tener presente que estas recomendaciones son para la población general sana, pero que varían según diferentes factores como la edad, sexo, estado fisiológico y nutricional, práctica deportiva, enfermedad, etc.